jueves, 13 de diciembre de 2012

Ganas Del Otro




Ser deseada y desearme, ser el objeto de deseo de otros y desear como objetos a quienes me son ajenos. El taconeo y el movimiento de caderas que invita la mirada a desnudar. La música que va arropando y solapando las caricias. El rojo que llama a la boca y el negro a la cama. Como la almohada dispuesta a escuchar el grito estruendoso y el colchón el rechinar del gemir. La lengua que se asoma y baila, deslizándose de arriba hacia abajo.

Con morbo y sutileza las manos sin rienda golpean al galope, sin frenos ni medidas amarran el cabello de quien en forma desmedida no quiere la cosa. Desvanece el sonido con un beso atrincherado. Mira al horizonte y se pierde en los altos picos de la dama.

Levanta la vista y reúne los latidos cansados en el cerrar de ojos y apretar de dientes. Vuelve al ruedo y gana al final, sin antes terminar lo que sólo tiene forma de tacones.

“Porque el deseo tiene cuerpo de mujer, porque cada beso y cada dedo que desplazas sobre la piel como caminante solitario, acompaña mi piel en la ausencia de mi amor, mi deseo y mi transitar sobre mi”…. Camino de una Venus.