domingo, 2 de octubre de 2011

Aquí y allá

Cada día me sigo preguntando quién soy, me sigo reclamando qué es lo que quiero, por qué no me decido; y cuando siento que estoy encaminada hacia un sentido del sendero comienza el saboteo individual para desviarme, quizás no es fácil o no desee aceptar que no quiero salir de la zona de confort en la que me encuentro, aunque en ocasiones esta zona se vuelva molesta termina siendo cómoda por temor a lo desconocido, a la incertidumbre a sentir ese vacío.

Es inherente a mi persona que en cada despertar deje de mirar al techo y tener que obligarme a decidir  por que carril transitar, decidir si me gustan las mujeres o los hombres. Simplemente porque estamos en una sociedad que te enseña a etiquetar, a polarizar las situaciones y los pensamientos; por qué no ser bisexual y vivir una vida guiada en la espontaneidad, en la creatividad, en el experimentar y salir de los modelos comunes de vida que se han ido generalizando en el seno de la muchedumbre. 

Es complejo sí; aprender a lidiar con el cuestionamiento de tu familia, de tus amigos o de quienes te rodeen, pero si te sientes bien viviendo lo que vives -sin mentirte- por qué demostrar entonces algo que no eres si la mayor gratificación de lo que vives es no traicionarte a ti por terminar complaciendo al otro, de qué vale colocarte una sonrisa si al amanecer esta se derrite y te termina doliendo por partida doble. 

La cosa es poder adaptar tus deseos a la cultura, sin dejar de ser tu, pero a su vez sin pretender cambiar lo que no se puede cambiar. 

"No puedo negarme a los labios de un hombre fuerte y salvaje, pero tampoco puedo negar mi gusto hacia los besos tiernos y sutiles de una mujer. Los besos fugases son tan excitantes como aquellas noches mojadas, pero tan pasajeros como el viento que los seca de aquel sudor. " .... Camino de una Venus

http://www.youtube.com/watch?v=EUGiVp5ztCM&feature=related

No hay comentarios:

Publicar un comentario